No hay nada más que ocultar

Yo sé que ya empezaste a leer mi blog Ángel, ya sabes lo que siento por ti; pero para serte sincero esperé algún comentario de tu parte. Me dijiste que desde tu época de colegio nadie te había dicho eso, lo que conlleva a creer que mi amor por ti es de colegial. Podría llenar páginas escribiendo lo que siento por ti, pero ya no tengo más palabras que poner para decirte lo que es evidente. Este blog lo creé como una manera de decir las cosas que ya sabes y que no me cansaría de repetirlas; pero a la vez, es como una manera de deshacerme de lo que siento en caso no pase lo que quiero que pase; como una especie de catarsis emocional, un osmosis que me ayudará a subliminar lo que siento por ti. No sé si funcione, pero al menos lo estoy intentando. No sé qué pensarás después de leer todo lo que escribo, no sé qué te nacerá en ti al entender todo lo que lees; pero sé muy bien que en nada cambiará lo que sientes por mí. Lo bueno de todo, es que mi incapacidad de escribir desapareció, mis ganas de poner en grafías mi vida ha retornado. Pero daría todo lo que he ganado a quien sea si tú pudieras tener aunque se el 10% de lo que siento por ti. Me transformaría en un Fausto y negociaría mi alma por un día de amor por ti.
Me he vuelto tan transparente contigo, que me siento desnudo delante de ti, pero no intento ni siquiera cubrirme para que no me veas; además, si lo hiciera no taparía casi nada, ya que lo que siento es un mar que pretendo que no podría cubrirlo con un pañuelo. Mi corazón suena tan fuerte que mis latidos parecen golpes de puerta de alguien desesperado por entrar para salvarse de ser mordido por un perro rabioso; mi mente no deja de pensarte, como si te hubieran grabado en cada una de mis neuronas y repito tu nombre como si hubiese sido programado por hipnosis decirlo a cada instante, como a un espía ruso en la guerra fría. Ya no tengo un sueño tranquilo, te imagino a mi lado haciendo el amor, que me despierto sudado y tan cansado que a veces pienso que estuviste ahí a mi lado.
Ya nada queda por decirte Ángel, ya sabes lo que me pasa, ya no lo disimulo, ya no tengo cuidado; ya dejé de pensar, ahora sólo siento sin importar lo que pase. No me importa si mañana sufro, o si sonrió; no me interesa si mañana siento que estamos juntos o si te siento lejos; cada segundo que sienta que sentimos lo mismo, será para mí la mayor felicidad en mi vida.

Te senti cerca a causa de una pregunta


Salí a caminar un rato al parque que está cerca de mi casa. Es una de mis pasiones el caminar, así he podido conocer Lima y sus rincones ocultos, ya sea parques escondidos, restaurantes de buena sazón, o simplemente lugares donde ves las cosas diferentes. Pero esta vez no salí en busca de algo en particular, simplemente salí a despejar mi mente, a ponerme a pensar sobre todo lo último que me ha sucedido, un repaso de lo que he hecho en estos días. Me siento en una banca viendo a la gente pasar, las palomas buscando que comer, respirando tranquilidad. Y me acomete una pregunta existencial: ¿Por qué me esta pasando esto? Bueno, exactamente es ¿Qué me está pasando? ¿Por qué mi vida solo se resume a una palabra? Tu nombre, Ángel. Durante media hora estuve rumiando una serie de ideas, tratando de ordenarlas como si fueran piezas de un rompecabezas y poder encontrar una respuesta a esa pregunta, pero no encontré ninguna sola que me satisfaga. Lo mas gracioso de todo es que una señora se me quedo mirando, ya que empecé hablar solo (una de mis muchas manías que me han traído problemas), y la señora ya estaba buscando a un agente de serenazgo, con la intención tal vez de que llame a un medico, o tal vez peor, al Larco Herrera. Así que me fui para evitar explicaciones inútiles, y me fui caminando sin rumbo con la mente puesta en esa pregunta, como un sediento buscando agua en el desierto. Hice un resumen mental de cómo había sucedido, de cómo nos conocimos, de todo lo que hemos hablado, te todo lo que hemos hecho, como una especie de contabilidad, ordenándolos en carpetas definidas, recordando cada detalle, cada palabra, cada gesto; fue algo titánico poder lograr recordar todo eso, y minuciosamente como un relojero arma un reloj, ordene todo lo que habíamos vivido en este tiempo de conocernos, pero llegue a la conclusión que nada de eso me ayudaría a responder esa pregunta que me había hecho y que fervorosamente quería absolver.
A la conclusión que llegué fue que NO HAY RESPUESTA PARA ESA PREGUNTA, porque NI SIQUIERA DEBERIA PREGUNTARME ESO. Es como preguntarse ¿Por qué sale el sol? Sabemos la respuesta, pero acaso es relevante en nuestras vidas saberlo, tal vez para un grupo de gente lo sea, pero para la gente común no es importante. Me di cuenta que ni la pregunta ni la respuesta iban a cambiar lo que me está pasando. A veces tengo esa costumbre de buscarle respuesta a todo lo que me pasa, siendo más fácil el no buscarle respuesta a preguntas así; pero mi mórbida obsesión de creer que todo lo que pasa no es producto del azar me invita a rebuscar en lo más profundo de mi mente la última idea para armar una respuesta coherente.
Volviendo a la pregunta que me sirvió de pretexto para escribir, me di cuenta que no hay solo una respuesta, ni tampoco muchas respuestas, simplemente hay razones por las cuales me siento así. Llegaste a mi vida en un momento en el cual tenía varios vacíos, como un queso gruyer y tu ternura, tu mirada, la tranquilidad que emanas y la sensualidad y sexualidad que exudas, hicieron que me enamore de ti.
Extraño pasar el tiempo contigo como lo hemos venido haciendo, verte sonreír, preguntar si estoy molesto, esquivando mis miradas; pero por alguna razón este ejercicio mental de buscar una respuesta me hizo por un momento sentir que estaba contigo, tomados de la mano regalándome una sonrisa.

Gusto inesperado ¿Ilusión segura?


Hoy me levante más calmado, ecuánime y resoluto. Ayer me sucedieron muchas cosas, que creo no deberían de haber pasado. Pero lo más importante es que me puse celoso de mi ángel (uso el articulo posesivo mi no porque me pertenece sino porque lo siento así). Pero hubiese pasado como una simple anécdota pero ella tuvo que decir algo que me descorazonó: “Me gusta hablar con él”.
Para cualquier persona, una respuesta así hubiese sido igual como decir: “me gusta el helado de chocolate, pero mañana de repente ya no”. Sería lo más lógico pensar eso no, pero no cuando uno empezó así como un gusto. Un gusto que fue desarrollándose hasta convertirse en una ilusión. ¿Por qué ese nuevo gusto no podría convertirse en una nueva ilusión?
La palabra ilusión tiene varias acepciones, pero hay dos de ellas que son interesantes:
1. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
Muy dentro de mí, pienso que yo encajaría (modestia aparte) en la segunda, pero no lo sé. Pero esta nueva persona a quien mi ángel le gusta ¿No desarrollarse y volverse una ilusión, donde podría también encajar en el lugar donde se supone estoy encajado yo? Es una suposición valedera, aunque hay algunas diferencias entre este nuevo personaje y yo: Diferencias geográficas (vive en otro país), diferencias físicas (él solo puede ser visto por web cam y yo en vivo y en directo), diferencias vivenciales (no puede salir con ella mas yo sí). Pero eso no oculta que esas diferencias sean algún día salvadas, y que ese gusto incipiente, se transforme en una ilusión rebosante.
Pero lo más importante aquí es: ¿Acaso tengo derecho a ponerme celoso? La respuesta lógica sería que no. Ella y yo no somos más que amigos y jamás he sido celoso de mis amigas, por lo cual se puede inferir que no la considero una amiga bajo el concepto que tengo de amiga. Ella lo sabe y estamos siendo amigos, pero ella también sabe que no aspiro tan solo su amistad sino que yo voy más allá, quiero conquistar su amor. Pero también sé que le prometí ser amigos, pero que ella al igual que yo estamos ilusionados el uno del otro. Sin embargo, ¿La ilusión se puede acabar? Es una posibilidad. Ilusionarse es no es fácil, es esperanzarse en algo que a veces carece de un fundamento en la realidad y como seres analíticos, no queremos hacer eso, queremos tener los pies puestos en la tierra, porque la ilusión puede convertirse en desilusión y por ende, en dolor.
Ayer, sentí celos, algo que no sentía hace mucho. Los sentimiento están llegando a mi vida en forma acelerada, primero amor, y ahora los celos. Espero que no llegue el que más devasta mi vida y del que siempre trato de esconderme como un niño debajo de la cama al ver una sombra en la noche: La tristeza
.

Vacaciones gravitacionales


Estuve hoy recostado en mi cama, disfrutando de mis auto vacaciones que me he regalado, ya que no soportaba más el trabajo; una especie de jubilación prematura momentánea. Bueno, este pequeño solaz ha empezado hace unas semanas, pero hoy me he puesto a pensar todas las cosas que he hecho durante este tiempo y no son las cosas que había planeado, lo que me hace ver que nunca he sido bueno para hacer las cosas que planeo, siempre he hecho las cosas en el momento; pero yo terco trate de intentarlo una vez más con la esperanza de esta vez lograrlo, pero he sido nuevamente derrotado para mi beneplácito. Todos me decían que disfrutará mis vacaciones de manera desenfrenada, irrestricta, una especie de bacanal (salir a tonear, emborracharme, estar con chicas malas y todas esas cosas que hacemos los hombres que están solteros y no piensan en relaciones serias), pero esa no era la idea de mis vacaciones. Mis vacaciones debían de ser solitarias, sosegadas, reconfortantes, descansadas; una especie de vivir en puntos suspendidos. Sin embargo, nada de eso sucedió; al contrario, sucedieron otras cosas que jamás pensé que pasarían.
Y una de las cosas que nunca había planeado fue conocer una chica; bueno en realidad que reverdecer mis relaciones amicales con mis pocos amigos a los cuales he descuidado, no por el trabajo o la falta de tiempo, esas excusas que siempre damos y que en realidad no son esas las razones principales; pero conocí una chica muy linda, esas chicas que me deslumbran de solo cruzar una palabra, no por lo que me dice sino por como lo dice. Mis días de vacaciones se volvieron más animadas, no tan cuadriculadas como pensé que sería (ver tele, estar en la compu, o salir con alguna amiga y preguntar las mismas cosas que siempre suelo preguntar: ¿Cómo estás?, ¿Qué tal es estudio o trabajo? y esas cosas), pero ella llegó y alboroto mis vacaciones. Bueno describirla sería extenderme demasiado, y además pensaran que no soy objetivo y que la describo así porque estoy enamorado; la verdad es que si, lo estoy y no me avergüenza decirlo.
Enamorado, un sentimiento que no pensé sentir por mucho tiempo; pero por más que me volví impenetrable, ella encontró la manera de burlar toda la vigilancia que había instalado en mi corazón y entro casi caminando de puntillas, sin hacer ruido y se instalo en mi corazón. Tal vez muchos se reirían de lo que escribo, o empezarían a bombardearme de preguntas inquiriéndome sobre si es verdad, o tal vez, me mandarían donde un psiquiatra; pero lo único que les puedo decir a los que me conocen que es verdad, me enamoré de esta ninfa que apareció de repente y que ahora se ha vuelto un motivo importante en mi vida. Mis días de vacaciones se centran en estar lo más posible con ella, haciendo cualquier cosa, desde acompañarla a matricularse en la universidad, entregarle sus trabajos, salir a pasear a museos, comer, hasta comprarse ropa en Gamarra (un ejercicio gratificante). Si no estoy con ella mis días se vuelven grises, aburridos; pero tendré que empezar a acostumbrarme, ya que empezará a estudiar y ya será muy difícil vernos, aunque aún no estoy preparado para esa nueva realidad.
Todo ha sucedido tan vertiginosamente, que todo lo que me ha pasado debió haber pasado lentamente, quemando etapas; pero no fue así, yo corrí como una libre mientras que ella iba a paso de tortuga. No sé que me paso, no tengo manera de explicar mi comportamiento, un comportamiento casi de adolescente conociendo a su primera chica; pero no siento ningún tipo de vergüenza aceptar que me enamore como un loco de ella, aunque sé que ella no lo está de mí. En el pasado hubiese huido despavorido de este sentimiento que me ha traído desventuras, intranquilidad, dolor y por sobre todas las cosas, alborota toda mi vida; no obstante, todos estos aciagos hechos no me han hecho desistir de este sentimiento, no lo han espantado en lo más mínimo, como si esta vez viniera premunido de una armadura indestructible, que deja a todas mis defensas inermes, desarmadas, incapaces de hacerle algún tipo de resistencia.
Pero lo más gracioso de todo, es que llegue en el momento equivocado, en el tiempo equivocado y tal vez, sea la chica equivocada en la cual no debí poner mis ojos, más aun, que tal vez no debí de enamorarme de ella. Pasare a explicar el por qué.
Ella recién ha terminado una relación hace un mes (terminado es un decir, porque aún no termina y no sé cuándo terminará) con un energúmeno que aun la molesta y amenaza, porque de seguro se siente herido en su orgullo que terminaran con él (la clásica de los machista que son ellos los que terminan); mientras que yo ya tengo muchos meses solo después de mi última relación que tuve, que fue intensa, pero que poco a poco se fue desgastando (diferencias irreductibles, sentimientos encontrados, tedio) y que no me afecto tanto el rompimiento, porque cuando terminamos me di cuenta que nada me unía a ella, ni siquiera una relación de cariño. Michos dirían que fue el termino perfecto de una relación, sin lagrimas, culpas, o buscando en que fallamos; simplemente fue terminar de leer un libro, pero que no te acuerdes de que trataba, lo que te haría inferir que el libro no fue interesante y que solo lo leíste porque te impresiono el titulo. A diferencia de ella, que aún llora por su relación, recuerda los momentos, lugares; está aún en la etapa del esperar que se desvanezca lentamente, del aún seguir escuchando los ecos del para siempre o del te amo; esa etapa que pase hace mucho tiempo y que sé como es, pero ahora estando yo del otro lado, quisiera que esa etapa pasará rápido para mi beneficio, porque no puedes construir algo sobre ruinas de algo que se cayó; simplemente hay que limpiar los escombros, allanar el terreno y empezar a construir lentamente una nueva historia.
Es en esas circunstancias en que nos conocemos (circunstancias no propicias, dirán algunos) es en las cuales estamos conociéndonos, y es en esas circunstancia no propicias en las cuales me enamore de ti. Parece casi pernicioso para mi enamorarme en estas circunstancias (eso diría las personas que me conocen y saben que me pasa cuando me enamoro), enamorarme de una chica que no está para ser enamorada ni pensar en una nueva relación, es como llegar a una fiesta sin ser invitado, tocar la puerta y no ser atendido; y es en esas circunstancia que me enamoro ¡Pobre mi corazón loco, que se enamora de quien no debe, pero fiel al castigo y al pie del cañón, late con más fuerza y no se amilana ante la desventura; por el contrario, enarbola con orgullo la bandera del amor!
Hicimos cosas que no debimos hacer y cosas que no hicimos pero que debimos hacer, pero mientras yo me volví un corredor de 100 metros corriendo a una velocidad de record mundial, ella iba a velocidad de maratón, casi caracolesca (no sé si existirá esa palabra), que ni ella se dio cuenta que llegue a la meta aun cuando ella recién estaba haciendo sus ejercicios de calentamiento. Cuando me dijo ella que bajáramos la velocidad, yo ya estaba a miles de kilómetros de ella; nuestros mundos giraban, el mío a velocidad de rotación y el de ella a de traslación. Somos dos mundo en proceso de conocernos, nuestras orbitas se unieron, vamos por el mismo camino, sé que a velocidades distintas, pero espero que nuestras distancias se acorten y que al menos si no vamos al mismo ritmo, que yo sea un satélite que gire bajo tu gravedad. Aunque valgan verdades, ya me siento así. Bajo tu gravedad.