El amor que espero



El amor que espero,
acaricia mi mejilla cuando estoy triste,
el amor que espero,
me llama de vez en cuando para decirme “Hola, ¿sabes? pensaba en ti”,
el amor que espero,
sabe que cuando digo “No, no me importa que te vayas” en mi interior estoy deseando justo lo contrario,
el amor que espero,
es mucho más sencillo de lo que crees.
Como una palabra dicha a tiempo.
O una mirada llena de cariño.
O simplemente, tenerte a mi lado.

Creyente


En nuestra adolescencia, con el descubrimiento de nuestra sexualidad, comenzamos a construir la imagen de la persona deseada. Aunque, tal vez, la palabra imagen no alcance a describir esa suerte de huella o modelo que no siempre es visual. Muchas veces buscamos olores, miradas, caracteres, virtudes e, incluso, vicios o defectos. Es posible que el resto de nuestras vidas no hagamos más que buscar llenar ese vacío.

No sólo creo en el amor a primera vista; estoy convencido de que es el único modo de amor posible, no porque nos enamoremos de alguien al instante, sino porque ese alguien viene a llenar ese espacio, a hacer objetivo ese ideal. De algún modo, incluso antes de conocerlo, ya lo amábamos.

Creo que la mejor analogía es el humor. Hay cosas que, simplemente, nos hacen reír. Podemos tardar en entender, podemos resistirnos a la tentación, pero, tarde o temprano, la risa y el amor estallan en nosotros. Para bien o para mal, se nos imponen, nos vences irremediablemente. No existe, por lo tanto, un ir enamorándose, solamente personas más o menos rápidas para entender los chistes, o, acaso, más o menos valientes en notarlo, en reconocerlo. Para esas personas queda un consuelo: “El que ríe al último, ríe mejor.”

Kierkegaard, según supe hace un tiempo, decía que si todos los hombres, salvo él, ganaran el Cielo, aun desde el Infierno iba a aplaudir la misericordia de Dios. No sé si Dios existe (ni me importa), pero sé que el
amor sí.

Aprendiendo algo nuevo de ti

Hoy nos vimos Ángel, fuimos a ver ballet, una de tus pasiones. El verte ahí sentada mientras grabando con tanto cuidado y dedicación el evento, yo imaginaba que tú estabas en el escenario bailando, derrochando alegría, simpatía, encanto y todas esas cosas maravillosas que derrochas al pasar. Sé que tal vez me dirás que estoy exagerando o que te estoy idealizando, puede que tengas razón, pero es que tú no sabes lo que eres para mí. Eres importante en mi vida, aprendo algo nuevo de ti cada vez que te veo, tu sensibilidad, tu manera de decir las cosas, de cómo comentas de tu vida de una forma que me tienes en vilo; es decir, conocerte para mí es mas interesante si saber que hay un cielo o no, no me importa si existe o no, lo que yo sé es que tu eres mi solaz, mi oasis donde saciar mi sed de cariño, mi catarata en donde refrescar mi alma, mi luz que alumbra mi camino.
Aún recuero la última frase que pusiste en tu último mail que me enviaste: “no te puedes ilusionar con una persona como yo”; eso es como decir no puedes comprarte esa casaca porque es muy cara y te vas a endeudar metiéndote en problemas. ¿Una persona como tú? Eres la persona más maravillosa del mundo, la más sincera, la más fácil de entender, la mas sensible, y podría seguir; pero también como todos tienes problemas y desilusiones, pero no por eso puedes pensar que porqué te pasan esas cosas no me pueda ilusionar de ti.
Antes de irme y dejarte en el Internet, noté que estabas a la defensiva, como esperando que iba hacer, prácticamente me botaste de ahí, me quise despedir y sentí desconfianza. No sé porque tuve esa sensación, tal vez me equivoqué y sólo fue cosas mías; pero lo noté. Tengo una teoría que espero sea la correcta: Te pusiste así, diferente porque hablaste con tu ex. En realidad, es la teoría que quiero creer; pero también me acometió otra camino de regreso: Qué en realidad pensaste que iba hacer algo más y por eso me alejaste de ti y tuviste miedo de que quisiera besarte; no quiero pensar que era esa la razón. Sí quería besarte, lo sabes, pero también, sé que no debo, nos estamos conociendo y creo que vamos bien; a no ser que para ti no lo sea.
A veces me pareces impredecible, no sé que hacer, que decir, que pensar; pero esa faceta tuya, me gusta, porque así me sorprendes, no sé que esperar de ti; me desafías, cosa que jamás nadie había hecho; ser tan compleja a veces, que siento que hay muchas personas en ti.
Hoy estoy un poquito más feliz que ayer. Cada vez que te veo, mi felicidad aumenta, poco a poco. Me siento útil en tu vida, te doy consejos, te escucho, trato de encontrar la palabra exacta para confortarte; me siento un amigo, tal vez no el mejor, ni aspiro a serlo; pero alguien que quiere conocerte más y más, alguien que desea ganarse poquito a poquito tu amor.

Wishful Thinking


“¿Está pasando el tiempo?” pienso casi a diario, sin quererlo, sin pensarlo realmente. Estoy esperando algo así como un milagro que ya sé que en algún momento ocurrirá. No sé, es que hace mucho tiempo que no me enamoro, tal vez. Es diferente creo, cuando hago silencio. Cuando amo en silencio. Ah, es esa sensación otra vez, aquí, en mi pecho y debajo de él. Esta vez no soñaré tanto, solo esperaré pacientemente. Está pasando el tiempo que realmente necesita pasar. Mañana o tal vez al día siguiente de mañana me encontraré ese sueño adelante. Tengo sueño, a veces, pero la verdad es que pronto despertaré.
Ella no sabe qué hacer, se siente confundida, a veces, pero inspira mis más hermosos cuentos. Una vez pude respirar su perfume de cerquita. Me gustó mucho. No quería irme o que ella se vaya. Al principio era alguien desconocido, no sabía nada de mí, pero aún así me aceptó con esa sonrisa radiante y sincera que disfrutaba los días que la veía. Me gustaba rescatarla de su desesperación y tristeza. “Sí, que sonría conmigo” pensaba mientras me arrepentía de no haberla conocido antes. ¿Por qué a veces dos líneas de vida se cruzan tan tarde? Me imagino que hay aspectos del destino que aún no puedo vencer. Aún cuando me esfuerce al máximo. Aún cuando lo desee con todo mi corazón. Pero así está bien porque así me doy cuenta de mis verdaderos sentimientos.
A mí me gusta mucho cuando sonríe con la boca llena porque su risa vence los obstáculos y sale tan fresca y natural que refresca mi alma como una brisa fresca del mar en un atardecer tomados de la mano esperando el ocaso e imaginando que estamos juntos. A veces la he besado. No, en realidad, muchas veces. Pero ya no lo hago y no por cobarde sino porque un día de estos sé que ella me lo va a pedir. Y es que cuando pienso en ella siento que podría imaginarla por horas, días enteros y escribir de aquella sensación que me genera cuando sé que todo ya está dicho pero sin palabras.
Dedicado a la persona que ya lo escuchó de mis labios, y que algún día lo sienta en el corazón.

Atrapado en un laberinto


Llegué al final del camino y cruce la puerta, entre a aquella que decía pase, y encontré la punta de una madeja, y cual Teseo la seguí, pensando que llegaría a la salida guiado por esa madeja. No lo pensé, solo caminaba y caminaba, pensando que llegaría a ver la luz, pero de un momento a otro se acabo la madeja y estaba en medio de la oscuridad, entre paredes sin saber a donde ir, me perdí en aquel laberinto y ahora no se como salir.
Ahora no se qué hacer, me he siento perdido, extraviado, no sé hacia donde ir; la luz que seguía se desvaneció. Tengo miedo, no conozco el camino de regreso ni de salida, estoy en medio de la nada sin saber a donde ir sin saber que hacer.
Salí del infierno tras un ángel, pero ese ángel se fue y me ha dejado en el purgatorio, ese lugar de paso entre el cielo y el infierno, pero mi purgatorio es oscuro, silente, desconocido para mí, sentado tratando de hacer memoria de cómo regresar a donde empecé, pero eso será imposible porque uno no pasa a través de la vida sin dejar nada (los años, amigos, amores) y yo deje el no sentir y ahora que he vuelto a sentir, me duele hacerlo.
No debí abrir los ojos, buscar la luz, que a pesar que me enceguece, la busque, quería verla, disfrutarla y la disfrute, pero todo en esta vida tiene su precio y debo de pagarlo.
Se que terminare de pagarlo algún día, y tal vez no me acuerde de lo que paso; pero mi hermano me dijo hoy: No es tan fácil como pensé. Y le dije que no, y me dijo: No vas a renunciar. ¿No? Le dije que no. Me dijo: A ya sino no serias tú.
Si supiera que hace tiempo que no sé quién soy yo.

Renunciamiento sin renuncia

Yo no pretendo que cambies tu rutina
Ni que dejes de ser quien eres por estar junto a mí
No te imagino de alguna otra forma
Sin perder la esencia de ti

Yo no pretendo que me des tu vida
Ni que un día ya no respires más
Por el simple hecho de ver una sonrisa brotar de mis labios
Si a decir verdad eso no es felicidad

Yo no pretendo vestir escapularios
Ni inventar espacios para estar junto a ti
Yo sólo quiero que el tiempo permita
Que un atardecer tú te quedes aquí

… y que pueda abrazarme a tu cuello
Llenarte de besos como me encanta hacer
Acariciarte lentamente el pelo
Y en tu cuerpo, de pasión florecer

Yo no pretendo que seas otra persona
Para acomodarte a mis deseos más nuevos
No cambiaría lo que ha enamorado
Y me ha hechizado de tu personalidad

Yo no pretendo que un día dejes todo
Lo que te ha definido para estar junto a mí
No permitiría que seas infeliz
Caminando a mi lado lo que quiero es verte sonreír

Yo no pretendo provocar calvarios
Ni que nuestra unión signifique sufrimientos
No me interesa provocar más muertos
A causa de mi felicidad

……sólo quisiera abrazarme a tu cuello
Llenarte de besos como me encanta hacer
Acariciarte lentamente el pelo
Y en tu cuerpo, de pasión florecer
…yo lo que quiero es llegar al cielo
Tomado de tu mano y en la gloria hacer
Que nuestras vidas se confundan entre sueños
Y ser felices, si se puede ser

……yo lo que quiero es amarte en definitiva
Y que seas mía tanto como yo
Si no se puede, pues en otra vida
Reservaría un espacio en tu corazón

…Pues no se puede renunciar a un gran amor

Carta de un amor no correspondido


Ángel:

Aún no comprendo desde cuando comenzó a haber en mí corazón un cariño mucho más grande que solamente amistad, no sé desde cuando te he comenzado a amar, y lo que menos comprendo es como te pude amar en este tan corto tiempo de conocernos, eres la persona que más me importa en todo el mundo y que más quiero, aun no sé porque fuiste tú la que despertó este sentimiento en mi corazón.


Conocerte ha sido una gran alegría, pero esto a la vez, el simple cariño que te tengo me provoca sufrir, porque desde que sabes que te amo siento que las cosas han cambiado, es extraño que el simple hecho de nombrar dos palabras tan simple pero complicadas a la vez hayan hecho cambiar nuestras vidas en un giro de 180º. En un principio no quería admitir que te quería, al decir verdad decía que estaba loco que eso era imposible, me intente convencer varias veces que era simplemente un confusión, pero no me lo pude seguir ocultando simplemente tuve que admitir mi realidad.


Ahora me siento como una isla en un mar de preguntas, donde cuestiono cada segundo sí fue o no fue bueno hacer lo que hice, ósea decirte ese día por Messenger que... que... te... amo... no sé si fue lo mejor, aún no sé porque decidí arriesgarme si yo sabía que tú no siente nada por mí como lo que yo siento por ti, ese día fue difícil derrotar ese miedo que me evitaba decírtelo, tenia pánico de pensar que pasara lo que está pasando ahora... pero ese día tú te comportaste de forma tan extraña se te notaba un aire de incredulidad y sorpresa, ese día me escuchaste todo lo que tenía que decir sin interrupción alguna luego seguimos conversando en completo silencio, hasta que tú me dijiste no te quiero como tú desearías, no quise ya hablar del tema por eso perdona por haberte dicho lo que siento por ti, pero en ese momento aunque yo sabía de ante mano la respuesta, muy en el fondo no quería que fuera esa y no puede evitar una lágrima, no pudiste ver mi lágrima.


Lo siento nunca debí haber dicho nada, debí seguir amándote en secreto para que por último no te sintieras incomoda como te siento ahora que lo sabes. Reconozco que te amo, pero no puedo evitar sentirlo esta realidad es muy difícil de sobrellevar, pero, yo quiero seguir estando a tú lado, aún cuando tú no sientas lo mismo por mí, por eso por favor no me quites tu amistad, que es la única esperanza que aún queda en mi corazón...

Cada vez que tu me miras




Cada vez que tú me miras,

he vuelto a nacer

cada vez que tú me miras

me haces sentir bien

no me importan las despedidas

porque te encontraré

tampoco quiero ya mi vida te la regale

no me digas tonterías que no puedo entender

has curado mis heridas una y otra vez

no sigas llorando por favor

cada vez que tú me miras
he vuelto a nacer,
cada vez que tú miras
me vuelvo a sentir bien
cada vez que tú me miras,
cada vez que tú me miras

No me importa lo que digas

no lo escucharé

tampoco quiero que me escribas no lo se leer

solo quiero de este mundo lo que tú me des

he cambiado mi orgullo por lo que tú eres

no sigas llorando por favor

cada vez que tú me miras
he vuelto a nacer,
cada vez que tú miras
me vuelvo a sentir bien
cada vez que tú me miras,
cada vez que tú me miras

espere tanto el momento de volverte a ver

que cambie del infierno al cielo cuando te encontré,

no sigas llorando por favor

cada vez que tú me miras
he vuelto a nacer,
cada vez que tú miras
me vuelvo a sentir bien
cada vez que tú me miras,
cada vez que tú me miras

Viajando por un camino sin final


“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Inspiradora frase, pero yo le agregaría: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Pero habrán caminos que es preferible no caminar, porque por más que quieras pasarte las luces rojas, al final ya no sabrás hacia dónde vas”.


Empiezo así, porque estoy transitando en un de ellos, un camino difícil, lleno de luces rojas, curvas sinuosas, escarpados y abismos insondables. Aunque atravesarlo sea complicado, lo que veo y siento es maravilloso, vergeles mágicos, cantos oníricos, céfiros serenos; pero todo eso lo veo a través de muros transparentes, impenetrables, me hace sentir como un mendigo viendo la comida a través de los escaparates de los restaurantes, llenándose sólo con un simple mendrugo de pan.
Me adentré a ese camino, sabiendo que era minado y que un paso en falso y podría salir lastimado, pero no encontré un mástil donde atarme como hizo Ulises para evitar ser dominado por los cantos de las sirenas. Me dejé llevar por ese canto, un canto dulce, sosegado, que invadió mi vida dándole paz, alegría y felicidad. Pero ese canto me llevó a un camino que ya empecé a caminar y a disfrutar, pero no sé si llegaré hacia algún lugar.
Pero yo sigo caminando y disfrutando lo que veo como un niño pobre disfruta una feria pero no puede subir a las atracciones porque no tiene dinero; así me siento yo como ese niño, tan sólo porque veo todas esa maravillas, pero no puedo tocarlas, disfrutarlas, hacerlas parte de mi viaje. Sin embargo, he llegado a una desviación, donde hay dos puertas: una dice “Entrada” y la otra “Salida”; y me he quedado ahí, pensado que hacer, cuál de las puertas escoger, como una niña indecisa al no saber cual de los dos vestido escoger sabiendo que no pueden ser los dos. Así me siento yo, como un niño en un zoológico desesperado por coger a los animales, pero en algún momento tendré que tomar una decisión, ya que no me quedaré sentado por siempre. Sólo espero que me llegue una señal del cielo que me indique qué decisión tomar, como a los Reyes Magos le enviaron una estrella que les indicó el camino, eso también espero que a mí me pasé. Lo malo es que no sé si tendré esa suerte, ya que tal vez cuando pase esa señal, la vea tan lejana que por tratar de verla me caiga a un abismo.

No hay nada más que ocultar

Yo sé que ya empezaste a leer mi blog Ángel, ya sabes lo que siento por ti; pero para serte sincero esperé algún comentario de tu parte. Me dijiste que desde tu época de colegio nadie te había dicho eso, lo que conlleva a creer que mi amor por ti es de colegial. Podría llenar páginas escribiendo lo que siento por ti, pero ya no tengo más palabras que poner para decirte lo que es evidente. Este blog lo creé como una manera de decir las cosas que ya sabes y que no me cansaría de repetirlas; pero a la vez, es como una manera de deshacerme de lo que siento en caso no pase lo que quiero que pase; como una especie de catarsis emocional, un osmosis que me ayudará a subliminar lo que siento por ti. No sé si funcione, pero al menos lo estoy intentando. No sé qué pensarás después de leer todo lo que escribo, no sé qué te nacerá en ti al entender todo lo que lees; pero sé muy bien que en nada cambiará lo que sientes por mí. Lo bueno de todo, es que mi incapacidad de escribir desapareció, mis ganas de poner en grafías mi vida ha retornado. Pero daría todo lo que he ganado a quien sea si tú pudieras tener aunque se el 10% de lo que siento por ti. Me transformaría en un Fausto y negociaría mi alma por un día de amor por ti.
Me he vuelto tan transparente contigo, que me siento desnudo delante de ti, pero no intento ni siquiera cubrirme para que no me veas; además, si lo hiciera no taparía casi nada, ya que lo que siento es un mar que pretendo que no podría cubrirlo con un pañuelo. Mi corazón suena tan fuerte que mis latidos parecen golpes de puerta de alguien desesperado por entrar para salvarse de ser mordido por un perro rabioso; mi mente no deja de pensarte, como si te hubieran grabado en cada una de mis neuronas y repito tu nombre como si hubiese sido programado por hipnosis decirlo a cada instante, como a un espía ruso en la guerra fría. Ya no tengo un sueño tranquilo, te imagino a mi lado haciendo el amor, que me despierto sudado y tan cansado que a veces pienso que estuviste ahí a mi lado.
Ya nada queda por decirte Ángel, ya sabes lo que me pasa, ya no lo disimulo, ya no tengo cuidado; ya dejé de pensar, ahora sólo siento sin importar lo que pase. No me importa si mañana sufro, o si sonrió; no me interesa si mañana siento que estamos juntos o si te siento lejos; cada segundo que sienta que sentimos lo mismo, será para mí la mayor felicidad en mi vida.

Te senti cerca a causa de una pregunta


Salí a caminar un rato al parque que está cerca de mi casa. Es una de mis pasiones el caminar, así he podido conocer Lima y sus rincones ocultos, ya sea parques escondidos, restaurantes de buena sazón, o simplemente lugares donde ves las cosas diferentes. Pero esta vez no salí en busca de algo en particular, simplemente salí a despejar mi mente, a ponerme a pensar sobre todo lo último que me ha sucedido, un repaso de lo que he hecho en estos días. Me siento en una banca viendo a la gente pasar, las palomas buscando que comer, respirando tranquilidad. Y me acomete una pregunta existencial: ¿Por qué me esta pasando esto? Bueno, exactamente es ¿Qué me está pasando? ¿Por qué mi vida solo se resume a una palabra? Tu nombre, Ángel. Durante media hora estuve rumiando una serie de ideas, tratando de ordenarlas como si fueran piezas de un rompecabezas y poder encontrar una respuesta a esa pregunta, pero no encontré ninguna sola que me satisfaga. Lo mas gracioso de todo es que una señora se me quedo mirando, ya que empecé hablar solo (una de mis muchas manías que me han traído problemas), y la señora ya estaba buscando a un agente de serenazgo, con la intención tal vez de que llame a un medico, o tal vez peor, al Larco Herrera. Así que me fui para evitar explicaciones inútiles, y me fui caminando sin rumbo con la mente puesta en esa pregunta, como un sediento buscando agua en el desierto. Hice un resumen mental de cómo había sucedido, de cómo nos conocimos, de todo lo que hemos hablado, te todo lo que hemos hecho, como una especie de contabilidad, ordenándolos en carpetas definidas, recordando cada detalle, cada palabra, cada gesto; fue algo titánico poder lograr recordar todo eso, y minuciosamente como un relojero arma un reloj, ordene todo lo que habíamos vivido en este tiempo de conocernos, pero llegue a la conclusión que nada de eso me ayudaría a responder esa pregunta que me había hecho y que fervorosamente quería absolver.
A la conclusión que llegué fue que NO HAY RESPUESTA PARA ESA PREGUNTA, porque NI SIQUIERA DEBERIA PREGUNTARME ESO. Es como preguntarse ¿Por qué sale el sol? Sabemos la respuesta, pero acaso es relevante en nuestras vidas saberlo, tal vez para un grupo de gente lo sea, pero para la gente común no es importante. Me di cuenta que ni la pregunta ni la respuesta iban a cambiar lo que me está pasando. A veces tengo esa costumbre de buscarle respuesta a todo lo que me pasa, siendo más fácil el no buscarle respuesta a preguntas así; pero mi mórbida obsesión de creer que todo lo que pasa no es producto del azar me invita a rebuscar en lo más profundo de mi mente la última idea para armar una respuesta coherente.
Volviendo a la pregunta que me sirvió de pretexto para escribir, me di cuenta que no hay solo una respuesta, ni tampoco muchas respuestas, simplemente hay razones por las cuales me siento así. Llegaste a mi vida en un momento en el cual tenía varios vacíos, como un queso gruyer y tu ternura, tu mirada, la tranquilidad que emanas y la sensualidad y sexualidad que exudas, hicieron que me enamore de ti.
Extraño pasar el tiempo contigo como lo hemos venido haciendo, verte sonreír, preguntar si estoy molesto, esquivando mis miradas; pero por alguna razón este ejercicio mental de buscar una respuesta me hizo por un momento sentir que estaba contigo, tomados de la mano regalándome una sonrisa.

Gusto inesperado ¿Ilusión segura?


Hoy me levante más calmado, ecuánime y resoluto. Ayer me sucedieron muchas cosas, que creo no deberían de haber pasado. Pero lo más importante es que me puse celoso de mi ángel (uso el articulo posesivo mi no porque me pertenece sino porque lo siento así). Pero hubiese pasado como una simple anécdota pero ella tuvo que decir algo que me descorazonó: “Me gusta hablar con él”.
Para cualquier persona, una respuesta así hubiese sido igual como decir: “me gusta el helado de chocolate, pero mañana de repente ya no”. Sería lo más lógico pensar eso no, pero no cuando uno empezó así como un gusto. Un gusto que fue desarrollándose hasta convertirse en una ilusión. ¿Por qué ese nuevo gusto no podría convertirse en una nueva ilusión?
La palabra ilusión tiene varias acepciones, pero hay dos de ellas que son interesantes:
1. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
Muy dentro de mí, pienso que yo encajaría (modestia aparte) en la segunda, pero no lo sé. Pero esta nueva persona a quien mi ángel le gusta ¿No desarrollarse y volverse una ilusión, donde podría también encajar en el lugar donde se supone estoy encajado yo? Es una suposición valedera, aunque hay algunas diferencias entre este nuevo personaje y yo: Diferencias geográficas (vive en otro país), diferencias físicas (él solo puede ser visto por web cam y yo en vivo y en directo), diferencias vivenciales (no puede salir con ella mas yo sí). Pero eso no oculta que esas diferencias sean algún día salvadas, y que ese gusto incipiente, se transforme en una ilusión rebosante.
Pero lo más importante aquí es: ¿Acaso tengo derecho a ponerme celoso? La respuesta lógica sería que no. Ella y yo no somos más que amigos y jamás he sido celoso de mis amigas, por lo cual se puede inferir que no la considero una amiga bajo el concepto que tengo de amiga. Ella lo sabe y estamos siendo amigos, pero ella también sabe que no aspiro tan solo su amistad sino que yo voy más allá, quiero conquistar su amor. Pero también sé que le prometí ser amigos, pero que ella al igual que yo estamos ilusionados el uno del otro. Sin embargo, ¿La ilusión se puede acabar? Es una posibilidad. Ilusionarse es no es fácil, es esperanzarse en algo que a veces carece de un fundamento en la realidad y como seres analíticos, no queremos hacer eso, queremos tener los pies puestos en la tierra, porque la ilusión puede convertirse en desilusión y por ende, en dolor.
Ayer, sentí celos, algo que no sentía hace mucho. Los sentimiento están llegando a mi vida en forma acelerada, primero amor, y ahora los celos. Espero que no llegue el que más devasta mi vida y del que siempre trato de esconderme como un niño debajo de la cama al ver una sombra en la noche: La tristeza
.

Vacaciones gravitacionales


Estuve hoy recostado en mi cama, disfrutando de mis auto vacaciones que me he regalado, ya que no soportaba más el trabajo; una especie de jubilación prematura momentánea. Bueno, este pequeño solaz ha empezado hace unas semanas, pero hoy me he puesto a pensar todas las cosas que he hecho durante este tiempo y no son las cosas que había planeado, lo que me hace ver que nunca he sido bueno para hacer las cosas que planeo, siempre he hecho las cosas en el momento; pero yo terco trate de intentarlo una vez más con la esperanza de esta vez lograrlo, pero he sido nuevamente derrotado para mi beneplácito. Todos me decían que disfrutará mis vacaciones de manera desenfrenada, irrestricta, una especie de bacanal (salir a tonear, emborracharme, estar con chicas malas y todas esas cosas que hacemos los hombres que están solteros y no piensan en relaciones serias), pero esa no era la idea de mis vacaciones. Mis vacaciones debían de ser solitarias, sosegadas, reconfortantes, descansadas; una especie de vivir en puntos suspendidos. Sin embargo, nada de eso sucedió; al contrario, sucedieron otras cosas que jamás pensé que pasarían.
Y una de las cosas que nunca había planeado fue conocer una chica; bueno en realidad que reverdecer mis relaciones amicales con mis pocos amigos a los cuales he descuidado, no por el trabajo o la falta de tiempo, esas excusas que siempre damos y que en realidad no son esas las razones principales; pero conocí una chica muy linda, esas chicas que me deslumbran de solo cruzar una palabra, no por lo que me dice sino por como lo dice. Mis días de vacaciones se volvieron más animadas, no tan cuadriculadas como pensé que sería (ver tele, estar en la compu, o salir con alguna amiga y preguntar las mismas cosas que siempre suelo preguntar: ¿Cómo estás?, ¿Qué tal es estudio o trabajo? y esas cosas), pero ella llegó y alboroto mis vacaciones. Bueno describirla sería extenderme demasiado, y además pensaran que no soy objetivo y que la describo así porque estoy enamorado; la verdad es que si, lo estoy y no me avergüenza decirlo.
Enamorado, un sentimiento que no pensé sentir por mucho tiempo; pero por más que me volví impenetrable, ella encontró la manera de burlar toda la vigilancia que había instalado en mi corazón y entro casi caminando de puntillas, sin hacer ruido y se instalo en mi corazón. Tal vez muchos se reirían de lo que escribo, o empezarían a bombardearme de preguntas inquiriéndome sobre si es verdad, o tal vez, me mandarían donde un psiquiatra; pero lo único que les puedo decir a los que me conocen que es verdad, me enamoré de esta ninfa que apareció de repente y que ahora se ha vuelto un motivo importante en mi vida. Mis días de vacaciones se centran en estar lo más posible con ella, haciendo cualquier cosa, desde acompañarla a matricularse en la universidad, entregarle sus trabajos, salir a pasear a museos, comer, hasta comprarse ropa en Gamarra (un ejercicio gratificante). Si no estoy con ella mis días se vuelven grises, aburridos; pero tendré que empezar a acostumbrarme, ya que empezará a estudiar y ya será muy difícil vernos, aunque aún no estoy preparado para esa nueva realidad.
Todo ha sucedido tan vertiginosamente, que todo lo que me ha pasado debió haber pasado lentamente, quemando etapas; pero no fue así, yo corrí como una libre mientras que ella iba a paso de tortuga. No sé que me paso, no tengo manera de explicar mi comportamiento, un comportamiento casi de adolescente conociendo a su primera chica; pero no siento ningún tipo de vergüenza aceptar que me enamore como un loco de ella, aunque sé que ella no lo está de mí. En el pasado hubiese huido despavorido de este sentimiento que me ha traído desventuras, intranquilidad, dolor y por sobre todas las cosas, alborota toda mi vida; no obstante, todos estos aciagos hechos no me han hecho desistir de este sentimiento, no lo han espantado en lo más mínimo, como si esta vez viniera premunido de una armadura indestructible, que deja a todas mis defensas inermes, desarmadas, incapaces de hacerle algún tipo de resistencia.
Pero lo más gracioso de todo, es que llegue en el momento equivocado, en el tiempo equivocado y tal vez, sea la chica equivocada en la cual no debí poner mis ojos, más aun, que tal vez no debí de enamorarme de ella. Pasare a explicar el por qué.
Ella recién ha terminado una relación hace un mes (terminado es un decir, porque aún no termina y no sé cuándo terminará) con un energúmeno que aun la molesta y amenaza, porque de seguro se siente herido en su orgullo que terminaran con él (la clásica de los machista que son ellos los que terminan); mientras que yo ya tengo muchos meses solo después de mi última relación que tuve, que fue intensa, pero que poco a poco se fue desgastando (diferencias irreductibles, sentimientos encontrados, tedio) y que no me afecto tanto el rompimiento, porque cuando terminamos me di cuenta que nada me unía a ella, ni siquiera una relación de cariño. Michos dirían que fue el termino perfecto de una relación, sin lagrimas, culpas, o buscando en que fallamos; simplemente fue terminar de leer un libro, pero que no te acuerdes de que trataba, lo que te haría inferir que el libro no fue interesante y que solo lo leíste porque te impresiono el titulo. A diferencia de ella, que aún llora por su relación, recuerda los momentos, lugares; está aún en la etapa del esperar que se desvanezca lentamente, del aún seguir escuchando los ecos del para siempre o del te amo; esa etapa que pase hace mucho tiempo y que sé como es, pero ahora estando yo del otro lado, quisiera que esa etapa pasará rápido para mi beneficio, porque no puedes construir algo sobre ruinas de algo que se cayó; simplemente hay que limpiar los escombros, allanar el terreno y empezar a construir lentamente una nueva historia.
Es en esas circunstancias en que nos conocemos (circunstancias no propicias, dirán algunos) es en las cuales estamos conociéndonos, y es en esas circunstancia no propicias en las cuales me enamore de ti. Parece casi pernicioso para mi enamorarme en estas circunstancias (eso diría las personas que me conocen y saben que me pasa cuando me enamoro), enamorarme de una chica que no está para ser enamorada ni pensar en una nueva relación, es como llegar a una fiesta sin ser invitado, tocar la puerta y no ser atendido; y es en esas circunstancia que me enamoro ¡Pobre mi corazón loco, que se enamora de quien no debe, pero fiel al castigo y al pie del cañón, late con más fuerza y no se amilana ante la desventura; por el contrario, enarbola con orgullo la bandera del amor!
Hicimos cosas que no debimos hacer y cosas que no hicimos pero que debimos hacer, pero mientras yo me volví un corredor de 100 metros corriendo a una velocidad de record mundial, ella iba a velocidad de maratón, casi caracolesca (no sé si existirá esa palabra), que ni ella se dio cuenta que llegue a la meta aun cuando ella recién estaba haciendo sus ejercicios de calentamiento. Cuando me dijo ella que bajáramos la velocidad, yo ya estaba a miles de kilómetros de ella; nuestros mundos giraban, el mío a velocidad de rotación y el de ella a de traslación. Somos dos mundo en proceso de conocernos, nuestras orbitas se unieron, vamos por el mismo camino, sé que a velocidades distintas, pero espero que nuestras distancias se acorten y que al menos si no vamos al mismo ritmo, que yo sea un satélite que gire bajo tu gravedad. Aunque valgan verdades, ya me siento así. Bajo tu gravedad.